jueves, 12 de enero de 2017

Las bases ideológicas de la marginalidad.

En general, se trata de controlar o de excluir a quienes parecen representar un peligro para la "comunidad sagrada".

Esa comunidad, a pesar de los movimientos misioneros, es una cristiandad cerrada. Vive un clima de inseguridad material y mental, tiende a la simple reproducción y sospecha de todos aquellos que, consciente o incoscientemente, parecen amenazar ese frágil equilibrio. Semejante inseguridad genera un modo de pensar maniqueo que anula todos los matices, todas las medias tintas, y condena las posiciones intermedias, lo cual termina por engendrar un autoritarismo que sacraliza a las "autoridades" (auctorictates) y un sentido jerárquico que hace de toda tentativa para escapar a las situaciones fijadas por el nacimiento un pecado contra el orden querido por Dios. En caso de impridencia o accidente una parte considerable de la sociedad es empujada hacia la marginalidad: la mendicidad, la vagancia, o el crimen. Por sus estructuras económicas, sociales e ideológicas, la sociedad medieval es una gran productora de marginados.

Los marginados en el Occidente medieval 
Jacques le Goff

Dios habría podido hacer ricos a todos los hombres, pero quiso que hubiera pobres en este mundo para que los ricos tuvieran ocasión de redimir sus pecados.

Patrología Latina
Jacques-Paul Migne

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