lunes, 19 de febrero de 2018

16. El libro como mapa. Obra Abierta.

Todo libro tiene sus geografías, y algunos libros son grandes como mundos: la Biblia, por supuesto, o Las Mil y Una Noches. Algunos libros, sin embargo, son escritos con la ambición de ser mapas. El libro como mapa encierra mundos. Al igual que el acto de nombrar, cartografiar es siempre una primera apropiación. 

Una vez quise hacer una Geología de la Biblia y me perdí, claro. Es un riesgo que se corre. Aunque  tampoco salí de vacío, ni mucho menos. Desde hace un tiempo me ronda la idea de hacer un mapa de Las Mil y Una Noches. Ya veremos.  

Hay quien escribe con la ambición de hacer mundos y hay quienes escribimos con ambición geográfica, exploratoria, conquistadora, imperialista. Es la diferencia entre hacer literatura o hacer ensayo. 

U. Eco hace en Obra Abierta un descubrimiento banal, una de esas obviedades que sostienen el universo. Lo que Eco descubre en Obra Abierta es la multiplicidad del mundo y del libro, que cada geografía abre una nueva realidad del mundo del mismo modo que la cierra. Eco nos desvela que la obra abierta tiene múltiples geografías. Como ocurre con los viajes, cada lectura es una nueva lectura, cada viaje añade una geografía al atlas del mundo.

Escribir la Obra Abierta fue la ambición de la vanguardia: El libro que acabará con todos los libros, pues los contenía a todosEco recuerda que esta ambición, escribir el Livre, con Mayúsculas, consumió la atención de Mallarmé, pero que fue Joyce quien lograría escribir ese gran Libro incomesurable, inabarcable, total. Tras Joyce ya no hubo más vanguardia. La literatura era ceniza. Todo estaba hecho. Cuarenta años después del Ulises, Eco publicó Obra Abierta, y enseñó a los errantes la Tierra de Provisión: el posmodernismo; todo libro es un mundo que reescribir, que reexplorar, que remapear.

Hace un par de años quise hacer la ruta de Samuel Pepys, en Londres; no pudo ser, pero este verano estuve en el café de Jane Austen, en Bath: té y pasteles con Emily, Darcy, los Bennet... En fin, estaba todo el mundo. La palma, como todo el mundo sabe, se la llevan las rutas por Dublín que siguen los pasos de Ulyses. Pero ahora, de nuevo, ¡ay! vivimos una nueva desilusión. Hemos descubierto que todos estos mundos de tan multiplicados, se deprecian. Como remedio se busca la distinción, aunque es una distinción no a mejor, para lo que ya no hay criterio, sino sólo de lo distinto. Es la ley de la oferta y la demanda. 

domingo, 4 de febrero de 2018

Obra abierta. U Eco.

Obra abierta fue un libro de enorme éxito desde que su publicación y no ha perdido nada de su valor. Al contrario, la obra abierta se ha generalizado y convertido en cliché, un valor de cambio. Aquí los motivos:

Creo que, más o menos, la mitad del éxito de Obra abierta se debió a lo que del libro no se entiende, ni hay manera de entender. Esto, como digo, es más o menos la mitad del libro. 

La otra mitad del éxito, Obra abierta lo tuvo por lo que en el libro se entiende. Esta mitad del libro que se entiende da crédito a la otra mitad, que como dije, que no se entiende, pero que entendida una mitad y admitido su valor, se le presta de inmediato a la otra otro tanto.

De este modo, sumando el éxito debido, el obtenido y prestado o acreditado, Obra abierta adquirió un éxito muy superior al valor que privadamente podemos obtener del libro, su valor de uso. 

En vista de este desajuste entre éxito y valor, algunos podrían creer que Obra abierta debería ser una obra sobrepujada en su momento y que hoy, con el paso del tiempo, debería verse devaluada. No lo ha sido en modo alguno. Si entiendes esto, entenderás qué es el dinero.

Por lo demás, o mejor por riba, que se di en galego, el libro es irrefutable, incorruptible como el oro, un valor refugio. La obra abierta es aquella que cuestiona los códigos en los que se inscribe introduciendo el error y la ambigüedad, y eso mismo hace Obra abierta, con una mitad que se entiende y otra que no, pero que no por eso tiene menos valor, sino mucho más. 

Es Economía.